miércoles, 12 de agosto de 2015

Aclarando conceptos.


  Mapa de la distribución geográfica de los pueblos originarios según divisiones etnolinguisticos. 

 El territorio austral de Chile puede dividirse en dos grandes áreas geográficas con características bastante diferenciadas. Por un lado está el húmedo mundo de los archipiélagos y canales que se extiende desde la isla de Chiloé hasta el Cabo de Hornos; una tierra inhóspita cubierta de espesas selvas y cuyas precipitaciones pueden llegar a superar en algunos casos los 5000 mm. anuales. Ese mundo, de una belleza singular y esencialmente acuático, estuvo habitado por pequeñas bandas de cazadores-recolectores que deambulaban en canoas por el laberinto de canales en busca del sustento, constituido básicamente por la caza de lobos marinos, aves, peces y mariscos.

Los pueblos de los canales australes estaban divididos en tres grandes grupos étnico-lingüísticos: los chonos, que habitaban las islas situadas entre el archipiélago de Chiloé y la península de Taitao, los kawéskar, entre el Golfo de Penas y el Estrecho de Magallanes y los yámanas, habitantes de las islas al sur de la Tierra del Fuego. Con una organización social extremadamente sencilla, sobrevivieron por cientos -quizás miles- de años en un medio ambiente de extrema rudeza. Sin embargo, el contacto con el mundo occidental alteró radicalmente su estilo de vida llevándolos a su extinción como etnias. Los chonos desaparecieron en el siglo XVIII, mezclados con los chilotes y sus vecinos más australes, los kawéskar. Estos últimos sobrevivieron hasta principios del siglo XX, entablando esporádicos contactos con misioneros jesuitas y navegantes ingleses y franceses. El establecimiento de rutas regulares entre Punta Arenas y el centro de Chile y la llegada de loberos chilotes a la zona, desestructuró completamente su estilo de vida. Los yámanas sufrieron una suerte parecida, y, el temprano establecimiento de una misión anglicana en la región, aceleró el proceso de aculturación.


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